Cada revolución en el ámbito de la comunicación, primero la radio, luego la televisión y ahora, Internet, ha significado una espada de Damocles sobre su cabeza, reavivando los fantasmas sobre su desaparición. Sin embargo, cual Ave Fénix, siempre ha sabido resurgir de sus cenizas y ha demostrado que ocupa un sitio irremplazable en el panorama comunicativo.
Sin embargo, la revolución tecnológica no ha hecho más que empezar y los periódicos tendrán que seguir transformándose para adaptarse a las exigencias del guión. Ante esta disyuntiva, ¿cómo serán los diarios del futuro? ¿en qué soportes se presentarán ante el público?
Es difícil adivinar cómo derivará la prensa en papel, ya que la imaginación de los técnicos e investigadores avanza mucho más rápido que la mía y ya se han inventado nuevos soportes para mi del todo inimaginables. Uno de ellos es el papel electrónico, y algunos aseguran que el periódico del futuro se hará sobre este formato.
Otro de los soportes para albergar al periódico del futuro sobre el que ya se está trabajando es una especie de iPod que permitirá a la gente descargarse contenidos y recibir al minuto las noticias a lo largo del día.
Y dicho todo esto, mi opinión es que el periódico del futuro será de papel. Quizá peque de conservadora, pero por más innovaciones destinadas a acabar con la prensa en papel, ninguna de ellas ofrece al público los valores básicos de este medio: profundidad, reflexión y análisis.
Cierto es que disminuirá el número de cabeceras a la venta y que éstas quedarán reducidas a un tipo de público muy concreto, pero no desaparecerán. ¿Y por qué será el periódico del futuro? Porque será el único medio que ofrezca a los lectores interpretación, análisis, profundidad y reflexión. Será el único que cumplirá, de verdad, todas las funciones de la prensa, que van más allá de un titular llamativo y una información superflua.
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